Para llevar a cabo estos objetivos comparo espacios de sociabilidad cara a cara y virtuales. Las sociabilidades eróticas y afectivas en el tiempo de las apps Nos encontramos ante lo que denomino un boom de las redes sociales y aplicaciones, incluidas las de citas. Desde ellas las personas sociabilizan y entablan lazos sociales. La sociabilidad en la posmodernidad toma las características del contexto, a saber, la fugacidad y el desanclaje. Para Machadola navegación por el ciberespacio habilita a que los sujetos existan en la red en varios lugares al mismo tiempo, asuman diferentes identidades y presenten para cada auditorio un personaje distinto sobre sí. La pertenencia a las comunidades virtuales, como por ejemplo Match, Badoo, Tinder o Happn, es flexible y no total.
Verlos como sujetos deseados-deseables que se besan, se acarician, se manifiestan como quieren. Sexualidad y discapacidad La sexualidad de la persona tiene como valor la intimidad. Por lo general en estas instituciones, no hay espacio pensado para que las personas con diversidad cómodo desarrollen su sexualidad. La mirada social imputadora, que dice qué es lo normal y lo anormal, que regulariza la normalidad y la anormalidad y dice quién se queda afuera… Como sociedad no somos inclusivos ni diversos. Eso no es garantía. No es sólo un encuentro de genitales. Es hacer el amor, encontrarse, tener ósculo y conocimiento del propio cuerpo y del cuerpo del otro, es acariciarse, expresar afecto, sentir placer, erotizarse, empatizar con el otro…Hay personas que no ejercen su sexualidad a través de los genitales. Apelen a ese estela. Piensen en ese constructo social que nos deja una impronta y nos interpela.
Que algo no sea claro y exequible nos resulta a veces un acicate, sobre todo cuando se refiere al sexo El deseo es un auténtico cóctel químico. Para las mujeres, sin embargo, depende de las fluctuaciones hormonales. Ellas suelen sentir una mayor inclinación a buscar encuentros sexuales durante el periodo de ovulación o incluso durante la regla.