El efecto el elegido es un término que acuñé hace bastante tiempo y del que hablé brevemente hace casi un año. Por su relevancia creo que merece una atención especial, y se la daré en las siguientes líneas. Las mujeres no hacen obras de caridad en el amor. Quedaos con esto. Tiene sentido evolutivo. El efecto el elegido habla de ello. Hace muchos milenios, el ideal de todas las mujeres era que su macho fuera un audaz y protector cazador, pero hoy en día esos ideales se han ido diversificando. Esto no quiere decir que la pasta no importe.
Éstas son las nueve cosas que yo nunca haría. Pedir la carne bastante hecha El cocinero neoyorquino Anthony Bourdain lo cuenta en sus 'Confesiones de un chef': los restaurantes destinan los peores trozos de carne a los clientes que la piden muy hecha. De la Conchimbamba y a importe de oro. Cuando no te gusta algo de lo que lleva un plato, mejor pedir otra cosa. Y si no te gustan muchas cosas, quédate en tu casa, pide cuentas a tus padres por no haberte enseñado a comer como Dios legado o espabila de una vez, que ya no tienes 10 años. Acudir a fumar o al baño cuando no toca Las saliditas a fumar o al baño deben hacerse siempre en momentos en los que no interrumpan el ritmo de la comanda o del servicio. Si vas antiguamente de empezar a comer, hazlo después de haber pedido para que no se retrase el proceso por tu culpa. Durante la comida es de pésima educación largarte a echar un cigarro y obligar al resto de la mesa a esperar tu dorso para el segundo o el postre.
He's a greedy man. He limps slightly on his right foot. She wore a dress with a train. I was standing in line for more than two hours. He has a good collection of modern paintings. Collective interests must be protected.