Si cambiamos de escenario y ya incluimos a personas que, aunque no tengan una relación de pareja, existen sentimientos, la cosa cambia. Y el físico importa nada, nada de nada, porque cuando te sientes deseado y deseada no existen los complejos o se relativizan, te crea una sensación de seguridad en ti mismo y de protección por parte del otro, que o se desea auténticamente o esto no se puede fingir. El deseo auténtico y cómplice, cuando llega al otro, puede con todo tipo de argumentos racionales sobre lo que se debe o no se debe hacer o sentir. También el rol masculino sigue con el argumento interiorizado de que son ellos quienes tienen que manifestarse y nosotras decidir si sí o si no. A quien necesitas ver, a quien esperas con ilusión cada día a una hora… Eso es desear y sentirse deseado.
No es raro encontrar personas que se sienten mal después de terminar una relación porque no quieren dejar de sentirse amados. Yo quiero que me quieran. Si es así, tal tiempo, debería darme un tiempo para estar conmigo antes de aventurarme a acceder en una nueva relación. Los psicólogos no consideran que esto sea un problema siempre que no afecte grandemente tu vida. Obviamente, esta afectación es negativa para la persona. Algunos ejemplos son: Cuando tu necesidad de amor evita que tengas una vida bendito. Tienes la duda exagerada de que alguien te pueda amar.
Siquia Compartir Muchas parejas dan demasiada importancia a ese momento de intimidad y de conexión que les hace sentirse tan bien. Esto no significa que tu relación esté rota. Pasos para recuperar el deseo Si sientes que tu pareja no te desea, lo que no debes hacer es guardar silencio y luchar contra ese sentimiento de frustración solo. Hay muchas personas que sufren problemas fisiológicos u otras frustraciones como la sequedad vaginal, el vaginismo, la eyaculación precoz y la disfunción eréctil.