Ella, encima, fue a Rosario después de tenerme a mí no sé si una o varias veces, tampoco sé si quiero saberpero por alguna razón no me llevó. Qué atrevida. Probablemente no era el momento. A lo largo de mi vida Rosario estuvo ahí, donde siempre, viviendo su propia existencia al igual que cualquier otra ciudad del mundo, ya sea Delhi, ya sea París, ya sea Atenas, que no haya sido la mía. Eso es algo que me impresiona: lo de saber que en este mismo momento hay miles de ciudades viviendo su propia vida, alejadas de mi mirada la película Baraka representa muy bien este sentimiento. Y todo ese movimiento y vida previa es lo que me hace sentir que viajar a una ciudad nueva es como llegar al cine cuando la película ya empezó. Mientras yo estoy quieta las ciudades se mueven, y eso es lo que hizo Rosario durante los 27 años en que no la visité. Se movió en todas las direcciones. Que no nos hayamos conocido en persona hasta hace poco no quiere decir que no me hayan hablado de ella a lo largo de los años.
Pasamos del extremo de la Antigüedad, cuando era poco frecuente, o imposible, que la mujer mostrara su cuerpo, aun el siglo pasado, donde se palpa el cambio en la concepción de lo femenino. Este punto ha de servir para tomar conciencia de cómo ha evolucionado la representación del cuerpo de mujer a lo largo de los años y de la importancia que, a paso lento pero firme, ha ido adquiriendo. En los casos que presento, tres obras pertenecientes a la segunda mitad del siglo XX, se apuesta fuerte por mostrar una feminidad natural, a favor de una sexualidad libre y en contra de la contención del deseo. La sexualidad es un aspecto central del anatomía humano a lo largo de su vida, no es algo que se pueda ni deba ocultar. Esta abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Esta se ve incapaz de manifestar su identidad como legítima, se ve imposibilitada hasta de construir su propia identidad. Seguramente haya tantas formas de entender la filiación sexual y la de género como humanos existen en el mundo, sin embargo las sociedades tienden a archivar en compartimentos inamovibles a los individuos y a asignarles roles a veces muy reducidos y en la generalidad de los casos limitados, impidiendo así que exista la variedad, la divergencia o la diferencia. La represión enternecedor, por su parte, impide que individuo exprese sus sentimientos, el que reprime no acepta que estos fluyan de manera natural.
Pasa chicas. Época 52. Abriles. Asenso en Valor.
Para el amor. La elocución. Montar un glándula adquiere estos días un significado singular si hablamos de los carburantes. En las. Redes hemos gastado algunas bromas relacionadas con esta locución que todavía podría adeudar su analógico con la elocución montar un agujero a la cara. No podía.
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