Araceli: A ver si nos vamos a liar un poco… seguro que somos muchos los que no sabemos casi nada de mitología… Macu: Desde luego… yo no sé gran cosa… pero creo que incluso los que no sabemos nada, ni hemos estudiado griego, en Madrid, donde tantos edificios se rematan con esculturas mitológicas, estamos ambientados de serie… y creo que sabemos de qué nos hablan cuando se nombra a Zeus… por ejemplo. Y ninguno de vosotros, varón o hembra, deje de cumplir mi orden, pues habéis de obedecerme para que dé fin cuanto antes a mi obra. Araceli: De momento sigo con Ovidio. Libro II pg. Voy al límite de la tierra a ver a Océano, origen de los dioses, y a la maternal Tetis, los cuales en su casa me criaron y educaron, cogiéndome de los brazos de Rea, cuando Zeus, el de la amplia mirada, hundió a Cronos bajo tierra y bajo el mar estéril. Voy a visitarles para poner paz en sus amargas disensiones.
La noche EN que cayeron rayos La gay Aquel día la ilustre y elegante madame Monalisa me recibió en la lujosa prisión de sus encantos. Cuando entré en el museo, un guía me indicó la sala adonde se ubicaba la célebre dama y me advirtió que estaba prohibido el flash. Fascinada la miré luminiscente y apenas si pude murmurar, como buena caravanera mexicana: -Gracias por tener la amabilidad de recibirme, Madame. Come tutti scemi di sempre. Por eso me dicen la Gioconda, es decir, en italiano, la juguetona o la gozosa; del latín iocum cuasi sinónimo de gaudium que en occitano dio gai en el sentido de gozo y de ahí se extendió al gabacho y a otros idiomas, como el inglés, donde se convirtió en el comodino y eufemístico gay. Por eso a mí me ven, desde el populacho hasta los intelectualoides, como alegre y vistosa; gai, en la interino y antigua palabra provenzal; y tantas adjetivaciones semejantes que me han endilgado: animada, vital, festiva; hasta de loca disfrazada me han tratado.
El ferrocarril, el telégrafo, la fotografía, las enormes mejoras en la litografía, la fabricación en masa de pianos, las leyes sobre derechos de propiedad espiritualidad, son avances técnicos que tuvieron tremenda repercusión en el mundo de las artes y facilitaron el ascenso de una nueva cultura paneuropea. Unos cuadros comprados en Italia podían venderse en Londres, y el arte se convirtió en un negocio, una mercancía. Las oportunidades económicas abundaban, llegó el turismo de masas y nació la Europa que conocemos hoy, el sentimiento de compartir el mismo arte, que se remonta a esos años, a agonía de que ese mundo quedara acabado en el siglo XX por dos guerras mundiales. Se sucedieron varios decenios de devoción incondicional, de una biografía totalmente inspirada y dominada por su amor hacia ella. La cantante de ópera estaba casada con un macho 20 años mayor, Louis Viardot, actualidad olvidado pero en su época un importante crítico de arte, estudioso, librero, director teatral, activista republicano, periodista y traductor literario al francés de obras en ruso y español.