La respuesta de Lohana es reveladora. Qué íconos, valores, exigencias y deseos refleja. Por qué las mujeres pueden reconocer allí su propia condena. Una de las cosas que no ve esta sociedad es el cuerpo travesti.
Porque ahí viene Susy a darle una descarga eléctrica a tus ideas binarias de la realidad. Cuando se pone a hablar te da un electro Shock y disuelve el mundo semejante y como lo conocemos. Su entrada al bar Torino de Juan B. Justo y Avenida San Martín podría ser tranquilamente el arranque de una de sus obras de teatro: ella no esquiva a las mesas, las mesas se apartan de su acceso. El vecino pispea con disimulo, la voz de Susy hace temblar sus categorías hegemónicas. Susy poeta, Susy cantante, Susy actriz, Susy activista y alusivo en la lucha por la diferencia, Susy te abraza fuerte y te sumerge en su pulóver de acémila print. Todo lo que vos quieras, pero no te va a atiborrar un mate. Cuando habla de sí misma intercambia el género de los artículos y los adjetivos arbitrariamente, alguien diría que se trata de una promiscuidad lingüística escandalosa, pero su germanía tiene vida propia, es una arquitectura y deconstrucción infinita.
Roger Caillois El travestismo como guión literario ha sido enmarcado en una de las nueve categorías que Omar Calabrese ha determinado como definidoras de la cultura neobarroca: inestabilidad y metamorfosis. Por su parte, algunos científicos sociales ven este fenómeno como un amago de fracaso en la socialización del género y algunos psiquiatras creen que requiere tratamiento si la persona experimenta conflictos en su vida social o profesional. El camuflaje, por su parte, apunta al ocultamiento, desaparición e invisibilidad del hombre o la mujer , a partir de la conversión cosmética. El simulacro ofrece proporciones que dan ilusión al modelo, no es una copia exactamente homóloga, primera forma del mimetismo, porque no reproduce el modelo con proporciones exactas. Se simula. La transexualidad, por su parte, en los campos de la psiquiatría y la sexología, se define como la filiación total con el rol de género asociado al sexo opuesto, mujer en el caso del hombre y macho en el caso de la madama, y que conduce al individuo a modificar su anatomía. Sin embargo, dejo en claro que la polarización de la definición de las identidades expuestas resulta limitante porque existen casos, como en los analizados en las obras literarias, en los que éstas se combinan, de ahí la necesidad de formular y cualificar una identidad heterogénea y multisexual del héroe travesti. El propósito del héroe es seducir al hombre, empleando el juego de alusión que genera una tensión ambigua de la no certeza.
Y un DNI que, afortunadamente, había acabado cambiar un 7 de agosto de Una montaña rusa, como lo es subirse también a este libro. Esa presión yo la he sentido abundante. También responsabilidad. Y también conmigo misma.