Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. A todos los jóvenes cristianos les escribo con cariño esta Exhortación apostólica, es decir, una carta que recuerda algunas convicciones de nuestra fe y que al mismo tiempo alienta a crecer en la santidad y en el compromiso con la propia vocación. Pero puesto que es un hito dentro de un camino sinodal, me dirijo al mismo tiempo a todo el Pueblo de Dios, a sus pastores y a sus fieles, porque la reflexión sobre los jóvenes y para los jóvenes nos convoca y nos estimula a todos. Aun los jóvenes no creyentes, que quisieron participar con sus reflexiones, han propuesto cuestiones que me plantearon nuevas preguntas. Rescatemos algunos tesoros de las Sagradas Escrituras, donde varias veces se habla de los jóvenes y de cómo el Señor sale a su encuentro. En el Antiguo Testamento 6.
Los refranes que inserto a continuación alusivos al tiempo, algunos los he recopilado en Valladolid y pueblos de la provincia y otros proceden de las obras señaladas en la bibliografía. La edad de los informantes oscila entre los veintidós y los ochenta y ocho años. Señalan, entre otros, los siguientes aspectos: -El valor del tiempo: El tiempo es oro. Quien defiende su tiempo, defiende su dinero. El tiempo es gran médico para el alma y para el cuerpo. El tiempo todo lo cura y todo lo muda. No hay mal que el tiempo no alivie su cadalso. Con el tiempo y la aguante se adquiere la ciencia.
Apercibirse a la llegada del esposo Por: P. Horacio Bojorge S. Fuente: Ambulatorio del Buen Amor Querido Padre Horacio: Mi nombre es Verónica, soy de Ecuador, los motivos por los cuales le escribo son muchos. No sé, Padre, eso me confunde. Es que, Padre, la mayoría de chicos que he conocido no son lo que yo espero. Por ejemplo: no creen en Dios, fuman, toman y eso yo no lo quiero. Bueno, los que me han presentado son así.