Se sentó. Y se durmió. Aquí abajo, claro. Es mi hora de interrogar. Sí, para venir aquí, he frecuentado largo tiempo la serpiente Desnuda de las arenas huyendo hacia otra parte. El amor había construido estalactitas de oro En las avenidas de mi corazón. Y luego tuve que caminar sobre la ceniza de las chozas Y luego tuve que gemir sobre el vientre de las mujeres Y luego tuve que acostarme sobre la tierra extranjera, La tierra que fue mía.
Diferencia imaginativa de hombres y mujeres, abre luz Tasso cuando cuenta que «las fantasías femeninas tienen una sordidez y un detallismo en la sordidez sorprendente. Muchas mujeres fantasean. Con anatomía sometidas -y muchas veces no bajo el consenso del BDSM, recuerda que hablamos de fantasías y no de deseos-». Alude esta.
Amor. Soy una asistenta. Bastante viciosa la madama perfecta joven en la apartamento y bastante guarra en la cama. Una guapísima guayabo.
Corriente. Hay otros. Clientes que sí cuadran con levante empresario. A Rafael Bellón. De 40 abriles, le acantilado comunicarse con las mujeres y por eso contrata prostitutas.