Es necesario innovar y explorar nuevos destinos del mapa del placer para llevar a la otra persona a un clímax inesperado y satisfactorio. Aunque el exceso de confianza en ocasiones deriva en que siempre nos movamos por los mismos sitios en los que tenemos el acierto en bandeja. Estés o no emparejado, no te acomodes. El roce de cuerpo con cuerpo en sí suele ser excitante pero si tenemos en cuenta el poder que tienen nuestras manos sobre la piel de la otra persona, podremos utilizarlas con cabeza. Podemos activar cada parte del cuerpo con una simple caricia, un abrazo o un masaje. Aquí se muestran cinco zonas erógenas femeninas por las que deberías acercarte, a ver qué se cuece. La cabeza y el cuero cabelludo Los masajes en el pelo resultan siempre agradables. Si a un simple movimiento de las yemas de los dedos le añadimos un poquito de picardía y caricias que vayan desde el cuello hacia la barbilla y desemboquen por toda la cara, activaremos otras muchas zonas y conduciremos a la otra persona a un estado de bienestar y calma. El vientre La zona del ombligo es el centro de la energía del cuerpo.
Marihuana Teresa Hurtado de Mendoza Zabalgoitia 1 Facultad de Estudios Superiores Iztacala, UNAM Resumen La sexualidad se va construyendo junto con la identidad de género, asimilando las reglas que con respecto a la sexualidad se otorgan de manera diferente a hombres y mujeres. Por influencia judeo-cristina católica se ve a la mujer en forma dual, la buena y la mala Marihuana y Evay esto ha influido en el disfrute y placer sexual de las mujeres. Si las mujeres se apoderan de su sexualidad a través del autoconocimiento y autodeterminación, los cambios que esto genera pueden ser benéficos para ellas como para sus parejas. Palabras clave: Sexualidad, femenina, orgasmo, lascivia, mujeres. Abstract Sexuality is constructed alongside gender identity, assimilating rules that, regarding sexuality, are awarded differently for men and women. La sexualidad es el resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, culturales, socioeconómicos, éticos y religiosos o espirituales. Otro momento importante en la adquisición de la filiación de género se da alrededor de los 3 años, en donde el niño o niña han formado un concepto de sí mismos y saben si son niñas o niñas. Esto surge antes de la conciencia de las diferencias anatómicas entre los sexos. La asignación de roles se aprenden desde temprana edad y es un proceso que se da a lo largo de la vida de armonía a la sociedad, cultura, nivel económico o contexto histórico.